Paul Gauguin nació en París (1848-1903), pero vivió sus
primeros seis años en Perú -de 1849 a 1854-, pues su
madre, viuda, estaba emparentada con una importante
familia limeña de origen español. El pintor jamás
olvidaría la infancia pasada en el lujoso palacio de Lima.
Poco antes de morir, hablaba con frecuencia de ir a
España, la cuna de sus antepasados.
Gauguin llegó a Papeete en el mes de julio de 1891,
habiendo recibido ayuda del Ministerio de Educación
Pública para el pasaje a cambio de realizar una serie de
imágenes sobre Tahití y sus gentes.
En Paisaje tahitiano, el pintor pretende mostrar lo salvaje
y lo primitivo que había en esas islas, en este caso a
través del impactante color. Amarillos, verdes, morados y
naranjas crean una escena envidiable en la que se
encontrarían elementos aún impresionistas -la pincelada
de algunas zonas y las sombras coloreadas- junto a la
aplicación plana del color siguiendo la estampa japonesa.
Quizá sea una imagen tomada directamente del natural o
podemos estar ante el producto de la fecunda imaginación
del pintor. Con esta obra, se pone de manifiesto el
hechizo de Gauguin ante el lugar elegido para su evasión
del mundo occidental.
Aquí podemos aprender un poco sobre su vida y su obra:
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